Stephen Wiltshire y su “memoria fotográfica”

El autismo es una enfermedad que presenta un desorden de comportamiento, impidiéndole a quien la posee relacionarse con su entorno en diferentes grados de gravedad. Afecta a gran parte de la población mundial y se evidencia alrededor de los 3 años de vida , acompañando al paciente por el resto de sus días.

Si bien es cierto que no se cura, es sabido que dependiendo de su desarrollo, de la estimulación en su entorno y de cuidados específicos, el autista puede aprender a integrarse y manejarse de mejor manera en la vida.

Pero lo que resulta impresionante, es que gran parte de ellos y de otros pacientes con discapacidad mental, presentan habilidades extraordinarias que son difíciles de comprender. Se destacan en actividades artísticas, pueden tener capacidades grandiosas para hacer cálculos matemáticos, o una memoria privilegiada, la que también se denomina, “memoria fotográfica”. La presencia de estas habilidades extraordinarias en personas que se ven impedidas de realizar las tareas cotidianas, de relacionarse o valerse por si mismos, reciben el nombre de “síndrome savant”.

Stephen Wiltshire, es un joven londinense de 33 años, diagnosticado desde los 3 años como autista y que, ciertamente, es un ejemplo de lo que hablamos. Desde pequeño su manera de comunicarse con el mundo fue a trabes del dibujo y de una extraordinaria capacidad de memorizar, es así que con solo ver un paisaje por algunos minutos sencillamente puede dibujarlo con una exactitud difícil de creer.

Tratando de fomentar esta capacidad, Stephen ha sido puesto a prueba en varias ocasiones rindiendo con lo mejor de si en los resultados. Así fue que surgió la idea de hacerlo sobrevolar ciudades, para que luego realice panorámicas perfectamente semejantes, y es lo que logro con la ciudad de Roma, y Tokyo.

Realmente increíble, se trata de un ser especial que sencillamente comprende e interpreta al mundo de una manera diferente, que desarrolla capacidades poco comunes dejando de lado las que nos parecen mas normales, pero que nos hacen pensar en lo poco que somos conocedores de las posibilidades y los secretos que guarda la naturaleza humana.